En la ciudad post-apocalíptica de Santo Domingo, los hombres no le temen a la muerte. Corren hacia su exterminio por docenas bajo las engañosas miradas de sus líderes, que los acechan desde las vallas que pueblan las avenidas.
En la ciudad post-apocalíptica de Santo Domingo, la adrenalina reina las calles. Los hombres, enloquecidos por sus inciertos destinos, se acuestan sobre sus motores y desean (sin saberlo) no volverse a parar jamás.
El sol calienta sus espaldas.
La velocidad enmudece sus almas.
Y durante unos breves segundos,
se sienten a punto de vencer a la nada. — at Autopista las americas.
En la ciudad post-apocalíptica de Santo Domingo, la adrenalina reina las calles. Los hombres, enloquecidos por sus inciertos destinos, se acuestan sobre sus motores y desean (sin saberlo) no volverse a parar jamás.
El sol calienta sus espaldas.
La velocidad enmudece sus almas.
Y durante unos breves segundos,
se sienten a punto de vencer a la nada. — at Autopista las americas.
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