Santo Domingo

Santo Domingo está lleno de brujas,
de magos, de hechiceros, de gente que multiplica los panes,
las botellas de ron, los ceniceros.
Santo Domingo con el cuchillo en la boca,
con lo’ pantalone’ bien pueto’,
con motores donde van de a dos,
repartiendo tiros a los indefensos. ...
Santo Domingo tierra de zombies,
de niños tuberculosos que huelen cemento,
de un patuá que sacude las esquinas,
de un olor que retuerce los misterios.
Santo Domingo multicultural, multiperverso,
de mafias picapollo, de tumbes, chiriperos,
de un chocar y quedar inconsciente,
y despertar sin calzoncillos, sin anillos, sin dinero.
Santo Domingo de noche, de frente y de lado,
donde siempre se está like a virgin,
aunque of course, siempre en cuatro,
sin vaselina, sin avisos, sin esperarlo,
por políticos, por delincuentes, por empresarios.
Santo Domingo al rojo vivo, ciudad que gime despacio,
capital mundial de las nalgas y los jeans alborotados,
de pulgares alzados en la treinta de mayo,
que se ahogan en tu sal, en tu semen, en tu llanto.
Santo Domingo, madre de dos millones de insensatos,
ruega por nosotros tus petardos,
ahora y en la hora en que explotemos en tus calles,
Amén.