El día en que los poetas comiencen a tirarse
como se tiran los que tocan dembow,
la poesía pasará de ser el oficio de algunos raros,
y se volverá un fenómeno popular en toda la nación,
y veremos a Frank Báez y a Homero Pumarol
con los guantes puestos en Chévere Nights:
“miren a Homero este bicho pendenciero”,...
“miren a Frank este loco charlatán”,
y la gente aplaudirá hasta que le duelan las manos,
y se irán a Librería Cuesta a comprar sus poemarios,
Y Ediciones De A Poco se volverá millonario,
Y en cuestión de días la ciudad será otra:
En todas las esquinas y en todos los barrios,
se escucharán los versos de Martha Rivera-Garrido siendo orquestados:
“la ciudad existe solamente en las tímidas luces de mi vientre…”,
Y todos en la ciudad nos volveremos esas luces,
Y terminaremos enamorados de mujeres que leen.
como se tiran los que tocan dembow,
la poesía pasará de ser el oficio de algunos raros,
y se volverá un fenómeno popular en toda la nación,
y veremos a Frank Báez y a Homero Pumarol
con los guantes puestos en Chévere Nights:
“miren a Homero este bicho pendenciero”,...
“miren a Frank este loco charlatán”,
y la gente aplaudirá hasta que le duelan las manos,
y se irán a Librería Cuesta a comprar sus poemarios,
Y Ediciones De A Poco se volverá millonario,
Y en cuestión de días la ciudad será otra:
En todas las esquinas y en todos los barrios,
se escucharán los versos de Martha Rivera-Garrido siendo orquestados:
“la ciudad existe solamente en las tímidas luces de mi vientre…”,
Y todos en la ciudad nos volveremos esas luces,
Y terminaremos enamorados de mujeres que leen.
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